Cambiando a Comida Fresca

La mayoría de los perros se emocionan la primera vez que se les presenta comida de verdad. Parece como si todos sus anhelos culinarios se hubieran realizado de una vez.

Solo unos pocos expresan cierta incertidumbre inicial ("¿Qué es esto que me estás ofreciendo? Huele bien, ¿pero estás seguro de que es comida?"), pero rápidamente la superan.

Un pequeño porcentaje (quizás uno de cada cien o incluso uno de cada doscientos) podría dudar del cambio y necesitar un poco de persuasión.

  • Opción 1: Cambio Directo

    Siempre que tu perro esté sano, la opción más sencilla es mantener la simplicidad. Deja pasar un período razonable entre comidas (idealmente 24 horas, pero puedes intentarlo con menos) y luego introduce la nueva dieta.
    En la naturaleza, los perros pueden pasar hasta una semana sin comer, así que aunque te miren con reproche, un día sin comida no les causará daño y podría incluso beneficiarles, ya que permitirá que su sistema digestivo descanse.

  • Opción 2: Enfoque Gradual

    Puedes comenzar introduciendo gradualmente la comida fresca en la dieta de tu perro. Añade pequeñas porciones de comida a su alimentación habitual y aumenta la cantidad poco a poco cada día. Esto permitirá que el estómago se adapte al cambio sin causar molestias digestivas.

    Puedes seguir este proceso durante 1 o 2 semanas, o incluso más tiempo si lo consideras necesario. Una vez que tu perro esté cómodo con la nueva dieta, podrás alimentarlo exclusivamente con comida fresca.

La comida seca es la más irritante para el tracto digestivo del perro, tiene un alto contenido de sodio, el contenido de grasa está sobrecocido y la comida para perros seca tiene DEMASIADOS CARBOHIDRATOS (granos, verduras y frutas). Como concluye la NRA (el gold standard para determinar las necesidades nutricionales de los perros), los carbohidratos no ofrecen ningún valor nutricional para los perros.